Una disciplina que combina música y baloncesto y que permite al jugador demostrar su destreza con el balón en las manos. Es un estilo que, como su propio nombre indica, es libre y fomenta “la improvisación y el ingenio”. Mediante ejercicios y juegos, “la idea es enseñar trucos y movimientos con un balón, siguiendo el ritmo de la música”. El objetivo es claro, “mejorar la técnica y fomentar la creatividad”.
Dawizard lleva más de una década apasionado por el Freestyle. Con 17 años vio el anuncio de Nike en el que aparecían estrellas NBA y streetballers, realizando trucos al ritmo de la música que ellos mismos iban creando con el bote del balón, y quedó cautivado. Desde entonces, su vida ha girado en torno a ello y, después de estudiar INEF, decidió dar clases a niños para transmitirles su pasión. En sus comienzos, en España no había muchos aficionados, pero eso cambió cuando “And1 comenzó con sus vídeos y campañas de publicidad”.
Lo bueno de esta actividad es que “puedes practicar solo con un balón”. Es cuestión de “echarle horas, imaginación y ganas”, si es delante de un espejo mejor, pero si no “la calle es gratis y puedes utilizar el reflejo de tu sombra para ver tus movimientos”. Al principio puede parecer difícil, pero ese reto, “con paciencia y dedicación” es el que hace que “aprendan cosas nuevas y tengan más recursos”.
El streetball es un continuo vacile con el balón, se trata de “humillar” con tus habilidades al rival, siempre que se limite sólo al juego. “Si puedo hacer un caño para irme de mi defensor, ¿por qué no lo voy a hacer”. Los recursos adquiridos están para utilizarlos.
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